Apnea del sueño, la causa de nuestro cansancio diario

La apnea obstructiva del sueño, conocida también en inglés como OSA, es un trastorno crónico. Las personas que padecen de OSA, detienen o «pausan» su respiración o no respiran profundamente cuando duermen.

Casi todos tenemos momentos breves en los que dejamos de respirar mientras dormimos. Las personas con OSA:

  • Detienen la respiración o el flujo de aire con mayor frecuencia de lo normal.
  • Pueden empezar a respirar otra vez con un ronquido fuerte o un sonido de ahogo.
  • Tienen cinco o más pausas respiratorias cada hora.

La OSA puede ser leve, moderada o grave, dependiendo de:

  • Cuántas pausas respiratorias o disminuciones del flujo de aire ocurran cada hora.
  • Dependiendo de lo bajo que sea el nivel de oxígeno en la sangre de la persona durante esos periodos.
  • La cantidad de sueño que la persona sienta durante el día.

Tipos de apnea del sueño

  • Apnea obstructiva del sueño: la más frecuente. En ella, la interrupción del flujo aéreo se debe a una oclusión de la vía respiratoria. Sucede mientras el paciente duerme porque, al encontrarse tumbado, las partes blandas de la garganta se desplazan hacia atrás y ocluyen la vía. Esto puede provocar que el paciente se despierte frecuentemente, aunque en la mayoría de los casos no suelen recordar estas breves interrupciones en su sueño.
  • Apnea del sueño central: el cerebro deja de enviar las señales apropiadas a los músculos que controlan la respiración, por lo que dejan de funcionar, interrumpiéndola. En este tipo de apnea la vía respiratoria permanece abierta, pero como los músculos respiratorios permanecen inactivos se produce el cese del flujo respiratorio. En este caso, la persona también se puede despertar por la falta de oxígeno en la sangre, y es más frecuente que el enfermo recuerde que se despertó durante el sueño.
  • Apnea del sueño mixta: se podría hablar de un tercer tipo de apnea, denominada como mixta, en aquellos casos que comienzan como una apnea central y con el tiempo acaba teniendo un componente obstructivo.

 

Factores de riesgo para las apneas del sueño

  • Obesidad: es especialmente importante la obesidad de la zona del cuello. Si esta zona presenta un exceso de grasa se tiende a un estrechamiento de las vías respiratorias superiores (en la garganta).
  • Amígdalas o adenoides aumentadas de tamaño: son órganos de tejido linfoide situados en la faringe. Si su tamaño es superior a lo normal pueden ocupar la vía respiratoria.
  • Sexo masculino: se ha visto que las apneas del sueño predominan en los varones.
  • Edad: tener cuarenta años o más predispone a este cuadro, ya que suele aparecer entre esa edad y los setenta años.
  • Antecedentes familiares: se observa una mayor incidencia de SAOS entre familiares de enfermos con esta patología.
  • Consumo de alcohol, sedantes y tranquilizantes: estas sustancias provocan una relajación en los músculos de la boca que favorecería la obstrucción de la garganta.

Síntomas de la apnea del sueño

Dentro de los síntomas de la apnea del sueño encontramos que las personas que la padecen suelen encontrarse somnolientas durante el día, en especial después de una comida o mientras conducen, leen o están inactivas. Esta somnolencia diurna puede llegar a ser muy peligrosa e interferir gravemente en la vida, pues hay mayor riesgo de accidentes de coche en estas circunstancias. También es frecuente que presenten deterioro intelectual, pérdida de memoria y alteraciones en la personalidad como irritabilidad. Estas manifestaciones neuropsiquiátricas y de conducta son las más frecuentes, y son consecuencia de los despertares transitorios recurrentes que sufre el paciente durante la noche.

Por la mañana es muy frecuente que el paciente refiera dolor de cabeza, junto con sensación de que el sueño no fue reparador.

Otro tipo de manifestaciones que presentan estas personas son las cardiovasculares, que se relacionan con los frecuentes episodios de falta de aire en lo que la sangre presenta bajos niveles de oxígeno. Las apneas obligan al corazón a bombear más intensamente la sangre cada vez que le falta oxígeno. Los trastornos en el ritmo cardiaco y el infarto de miocardio son más comunes en estos pacientes que en el resto de la población. En la mayoría de los pacientes, existe una frecuencia cardiaca baja y elevación de la presión sanguínea durante el episodio de apnea, seguido de un aumento del ritmo cardiaco al reanudarse la respiración. La mayoría de los pacientes tienen hipertensión arterial, que aumenta el riesgo de ataque cerebral e insuficiencia cardiaca.

Otros síntomas de la apnea del sueño que pueden presentar los afectados son: impotencia, disminución del impulso sexual y sequedad de boca.

Tratamiento de la apnea del sueño

Medidas higiénico-dietéticas

Cuando la apnea es leve pueden ser efectivas medidas de autocuidado como son:

  • Perder el exceso de peso. Es muy importante este punto en el tratamiento de la apnea del sueño. Pequeñas reducciones del peso van a aportar mejorías significativas en la apnea del sueño, ya que al adelgazar se produce un aumento del calibre de la vía respiratoria.
  • Dormir de lado o boca abajo. La postura del paciente a la hora de dormir es determinante en la aparición de las apneas. El decúbito supino (boca arriba) provoca que la lengua y el paladar blando descansen sobre la faringe y obstruyan las vías respiratorias. Para ayudar a que la persona no duerma en esta postura, se puede colocar una pelota de tenis en la espalda del paciente para que le resulte incómodo cada vez que adopte dicha posición.
  • Evitar el alcohol y los fármacos con efecto sedante. Al consumir sustancias que provocan una relajación en los músculos de la faringe, se favorece la obstrucción de la vía aérea.
  • Mejorar la respiración nasal. Intentar respirar por la nariz y no por la boca.

 

Otros dispositivos

Se pueden utilizar dispositivos intraorales, que aumentan el diámetro de la vía aérea superior al provocar un desplazamiento de la mandíbula o la lengua hacia delante. Estos dispositivos también se emplean por la noche y pueden disminuir los ronquidos y la aparición de apneas obstructivas, como por ejemplo el dispositivo antironquidos roncofer.

Cirugía

Entre los diferentes tipos de cirugía, el más utilizado es la uvulopalatofaringoplastia. Esta intervención consiste en extirpar parte del tejido de la zona posterior de la cavidad oral, de la parte superior de la garganta, y frecuentemente las amígdalas y las adenoides. Esta cirugía puede disminuir los ronquidos, pero su eficacia solo llega al 50% de los casos.

Otro tipo de intervención es la uvuloplastia por láser, que extirpa la parte posterior de la garganta mediante el empleo del láser. Este método ha resultado eficaz en la disminución de los ronquidos, pero ha tenido un éxito mínimo en la resolución de las apneas, por lo que actualmente no se suele recomendar.

La traqueotomía es la última opción en el tratamiento del síndrome de la apnea obstructiva del sueño (SAOS); se utiliza cuando han fracasado todos los procedimientos anteriores. Consiste en la abertura de la tráquea hacia el exterior a través de la piel. Es un método muy agresivo que raramente se usa.

 

roncofer


Publicado

en

por

Etiquetas: